A veces, lo que pienso y lo que siento
van en distintos caballos.
Cuando mis pupilas bailan con el ritmo de un vals
y mis huellas escriben pasos más parecidos a un tango.
A veces la mente es frontera para seguir amando.
Cuando de noche despierto y de día ando como sonámbulo.
No alcanzo a expresar ni a explicar,
cómo aún detenido algo me empuja a seguir caminando
y no entiendo, me rindo, cedo y ya no batallo.
Porque a veces lo que pienso y lo que siento
van en distintos caballos.
Apuro los sorbos que le quedan a la noche
porque la luz tímidamente las sombras va despertando.
Giro en el vacío para descolgar mis pies en el columpio del Universo
y me muevo una vez más hacia delante y hacia atrás
balanceando el destino con los ojos cerrados.
Doblo la esquina de un sueño y le hago un quiebro al desencanto
pero no consigo razonar porqué el deseo es más fuerte
cuando de un pensamiento viene atado
porqué no logro sujetar con las riendas de la cordura
un corazón desbocado.
Y me digo a mi mismo…será porque a veces
lo que pienso y lo que siento
van en distintos caballos.
Antonio Marazuela